lunes, 7 de noviembre de 2011

08 DE NOVIEMBRE: Dia Mundial del Urbanismo

En esas colmenas humanas que son las grandes ciudades modernas se a roto el equilibrio razonable entre la obra artificial y los elementos de vida que generosamente nos brinda la madre naturaleza. Siguiendo los más variados rumbos en sus investigaciones, los urbanistas de todo el mundo han llegado a la conclusión de que es necesario reconquistar el aire, el sol y la vegetación para el ambiente de la ciudad moderna. Las teorías y realizaciones urbanísticas más opuestas concuerdan con el objetivo final consistente en asegurar la unión intima de la ciudad con la tierra viviente, dando amplia entrada a la naturaleza entre las masas inertes de la edificación urbana.

La ciencia urbanística ha puesto plenamente en evidencia que la utilización en la ciudad de los mas maravillosos e inesperados recursos de la técnica no debe ni puede excluir el aprovechamiento intensivo de los elementos naturales. La ciudad como el árbol no puede desligarse de la tierra que lo sustenta.
Pero de este error podemos por lo menos obtener una conclusión evidente y es que cuando la edificación compacta alcanza una extensión importante se produce en la ciudad un estado de desequilibrio que afecta profundamente la regularidad de sus funciones biológicas, vale decir, que hemos confundido progreso edilicio con desarrollo anormal o deformación patológica del organismo urbano. El progreso urbano no consiste en invadir ciegamente los terrenos con la edificación sino edificar conscientemente donde corresponde después de haber asegurado la formación y conservación del espacio en que debe dominar la naturaleza. Facilitando la entrada del aire puro y del sol vivificante al interior de las viviendas y de los barrios que se crean. Permitir que las viviendas de los seres humanos se amontonen desorganizadamente, en el medio de las impurezas de un aire cargado de humo y gases deletéreos y produzcan así ambientes antihigiénicos y nocivos a la conservación y mejoramiento de la especie, significa incurrir en un anacronismo que contrasta violentamente con el grado de adelanto a que ha llegado la civilización.

Felizmente la reacción salvadora provocada por el Urbanismo en estos últimos tiempos no ha tardado en propagarse por todo el mundo. Luchando al comenzar contra la rutina y el escepticismo, los urbanistas quieren que la vida entre con el aire y el sol en todas las viviendas y que el niño se desarrolle y vigorice en ambientes propicios en contacto íntimo con los dones y esplendores de la naturaleza. Todas las concepciones del Urbanismo moderno revelan esa preocupación fundamental. Desde la composición urbana de orden monumental hasta las más modestas organizaciones del tipo ciudad-jardín expresan hoy claramente que los espacios verdes integran todas las nuevas creaciones urbanísticas y penetran hasta en sus más sutiles ramificaciones como elementos de equilibrio de la obra artificial. Los sistemas de parques forman hoy, conjuntamente con las redes de tránsito, el esqueleto arquitectónico de la ciudad moderna. La reconquista de la ciudad por la naturaleza es una ofrenda promisoria de salud y belleza para el hombre de la urbe. Las generaciones futuras podrán apreciar los resultados del esfuerzo que ha prodigado el Urbanismo en esta cruzada de regeneración de las condiciones de vida de la sociedad humana.

La Dirección de Plan de Urbanización de Buenos Aires, creyendo interpretar fielmente el sentir de todos los que se preocupan por el perfeccionamiento de las aglomeraciones humanas, ha reunido en un sencillo símbolo de comprensión universal la expresión de los elementos naturales que integran el indiscutido ideal urbanístico. Realizado este paso inicial confía en la solidaridad internacional de nuestra causa para propiciar su uso y colaborar en su divulgación. Noviembre de 1934. CARLOS M. DELLA PAOLERA Director Técnico del Plan de Urbanización.

Noviembre de 1934.
CARLOS M. DELLA PAOLERA
Director Técnico del Plan de Urbanización.

AIRE – SOL – VEGETACIÓN

El Simbolo del Urbanismo fue adoptado por unanimidad en el Congreso de Urbanismo de Besançon, Francia, en 1935, y posteriormente adoptado en el 1º Congreso Argentino de Urbanismo, Buenos Aires, 1935, y en el 1º Congreso de Urbanismo de Chile en 1938.

“La ciencia urbanística moderna ha puesto plenamente en evidencia que la utilización en la ciudad de los más maravillosos e inesperados recursos de la técnica no debe ni puede excluir el aprovechamiento intensivo de los elementos naturales. La ciudad como el árbol no puede desligarse de la tierra que la sustenta.”

Extracto del Manifiesto del Símbolo del Urbanismo, Noviembre de 1934,
Carlos M. della Paolera.


“Essa bandeira, que consiste em duas faixas horizontais, azul profundo a superior e verde a inferior, sobre as duas, o sol brillando, é alçada todos os anos no día 8 de novembro como legítima representaçao do urbanismo de hoje. A sua sombra, se reunen os urbanistas de todas as partes e discutem públicamente os problemas urbanos de cada regiao. O dístico dessa bandeira é: Organizar bem para viver melhor”.

Extracto del artículo “O Día do Urbanismo” del Heitor A. Eiras García,
en el Diario Popular de Sao Paulo, Brasil, noviembre de 1971.

jueves, 3 de noviembre de 2011

06 NOVIEMBRE: Dia Mundial para Prevención de Explotación del Medio Ambiente en Guerra y Conflictos Armados

El 5 de noviembre de 2001, la Asamblea General declaró el Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados, el cual se celebrará el 6 de noviembre de cada año (resolución 56/4 Documento PDF).
Aunque la humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de soldados y civiles muertos y heridos, ciudades y medios de vida destruidos, con frecuencia el medio ambiente ha sido la víctima olvidada. Los pozos de agua han sido contaminados, los cultivos quemados, los bosques talados, los suelos envenenados y los animales sacrificados para obtener una ventaja militar.
Además, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) Disponible en inglés señala que en los últimos 60 años al menos el 40% de los conflictos internos han tenido alguna relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por ser considerados de «mucho valor», como madera, diamantes, oro, minerales o petróleo, como por ser escasos, por ejemplo, la tierra fértil y el agua. Cuando se trata de conflictos relativos a los recursos naturales se duplica el riesgo de recaer en el conflicto.
Las Naciones Unidas concede gran importancia a garantizar que la actuación sobre el medio ambiente es parte de la prevención de conflictos, del mantenimiento de la paz y de las estrategias de consolidación de la paz, porque no puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos.

POLITICAS DE CONSERVACION

EN CONSTRUCCION